→ Referencia proyecto: AGL2006-12750-C02-01/02
Resumen
La creciente aparición de cepas de hongos resistentes a fungicidas debido al uso casi exclusivo e intensivo de unas pocas materias activas, ha llevado a una pérdida progresiva de la eficacia de estos productos en la lucha contra las infecciones causadas por hongos en productos hortofrutícolas. Ante esta circunstancia, han aparecido en el mercado en los últimos años un conjunto de nuevos fungicidas que han proporcionado a los productores un conjunto de nuevas herramientas químicas fitosanitarias con las que combatir las pérdidas económicas ocasionadas por estos patógenos vegetales. Entre estos nuevos productos, ocupan un lugar destacado por su elevada eficacia, moderada toxicidad y compatibilidad con los programas de gestión integrada de plagas, una nueva familia de fungicidas que reciben el nombre genérico de estrobilurinas, y entre cuyos miembros destacan fungicidas como el azoxystrobin, kresoxim-methyl, trifloxystrobin, picoxystrobin y pyraclostrobin. Estos agroquímicos poseen un modo de acción diferente, lo que ha permitido una lucha más eficaz contra la aparición de resistencias. Las estadísticas disponibles ponen claramente de manifiesto el creciente uso de estos productos emergentes, lo cual serefleja a su vez en el aumento de la frecuencia de aparición de residuos de estos fungicidas en los controles analíticos que habitualmente se realizan.
La exposición de la población general, y en especial de los niños, a residuos de contaminantes químicos a través de la dieta debido a la aplicación de estos compuestos en productos hortofrutícolas, constituye un motivo de inquietud para los consumidores. Los organismos gubernamentales y los propios productores tienen la obligación de velar por el escrupuloso cumplimiento de la normativa y la correcta aplicación de los tratamientos, de forma que el contenido en residuos de los productos que llegan a los mercados sea el menor posible, y desde nuevo no superen los límites establecidos. Ello obliga a realizar controles, muestreos y programas de vigilancia que, adecuadamente combinados con medidas de prevención y una eficaz evaluación, gestión y comunicación de riesgos, contribuyan a aumentar la confianza de los ciudadanos en la seguridad de los alimentos que consumimos. Tal y como establecen las actuales directrices científicas nacionales y europeas, sería deseable disponer de nuevos métodos analíticos para la determinación de residuos de este tipo de productos que, además de proporcionar resultados con la necesaria exactitud y precisión, sean capaces de analizar un elevado número de muestras en un corto plazo de tiempo, de forma económica y sin que sea necesario un costoso equipamiento y/o un personal altamente cualificado.
Es en este contexto en el que se ha desarrollado este proyecto de investigación, cuyo logro más relevante ha sido el desarrollo de inmunoensayos tipo kit capaces de analizar los fungicidas estrobilurínicos comerciales más relevantes en alimentos de forma sencilla, rápida y económica. Estos nuevos métodos analíticos rápidos han demostrado poseer una muy elevada sensibilidad y especificidad, lo que ha permitido aplicarlos a la determinación de concentraciones muy bajas de estos fungicidas en zumos, cereales, cerveza, frutas y hortalizas. Confiamos en que a medio plazo estas nuevas y sencillas herramientas analíticas puedan despertar el interés de los sectores productivos implicados y de las autoridades reguladoras, convirtiéndose en metodologías útiles que contribuyan a garantizar la seguridad química de los alimentos que consumimos.